Los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de trastornos del desarrollo que afectan la interacción social de un/a niño/a, sus habilidades de comunicación y sus comportamientos e intereses. Los trastornos del espectro autista también pueden llamarse trastornos generalizados del desarrollo (TGD).
En las sesiones de Musicoterapia se parte en principio de actividades para mejorar la interacción social, la comunicación y la escucha activa, más adelante las actividades evolucionan hacia un aprendizaje de las emociones y la capacidad de expresarlas y también hacia una mayor atención y escucha. En último término y no por ello menos importante las actividades con la música llevan al disfrute de la misma y a su expresión gozosa.
Actividades
Diálogos sonoros musicales, se aprende a intervenir por turnos.
Canciones rítmicas con movimiento, se trabaja el predecir y el anticipar. Utilización de Pictogramas
Expresión corporal con música grabada, tanto de pie como en el suelo estimulándose la interacción cara a cara y cuerpo a cuerpo abriendo y cerrando los llamados “círculos de comunicación”.
Expresión emocional con música grabada – es triste, es alegre, me siento de una manera, me siento diferente, etc.
Técnicas de encadenamiento hacia atrás, se hace a través de los instrumentos musicales y objetos sonoros.
Discriminación auditiva, Que está sonando?, de donde viene el sonido?
Estimulación sensorial con instrumentos musicales – ¿Cómo vibra? ¿Dónde siento el sonido? ¿Cómo lo hago sonar?.
“Body percusion” – desarrollo cognitivo de la atención, coordinación psicocorporal y flexibilidad mental en las secuenciaciones.
Creación de canciones poniéndolas en contexto con significado.
Juego de “uno a uno” o líder – a través de instrumentos como el piano o el arpa. Se potencia la imitación creativa y el “audicionar” el material sonoro creado.
Vibroacústica, a través de instrumentos como los cuencos cantores, el gong o el monocordio. Se trabaja la estimulación sensorial, la escucha activa y la relajación
Para los más pequeños y los más afectados:
Se elabora un plan personalizado de percepción del entorno y su interacción sensorial y cognitiva creando vías de comunicación especificas adaptadas al nivel madurativo del niño/a, todo ello con técnicas propias de la Musicoterapia. Utilizamos los cuatro recursos musicales principales: con el cuerpo, con la voz, con los instrumentos musicales y con la música grabada.